Centro Internacional Sembradores de Fe y Vida
Septiembre 11
¡Quédate allí!
Lectura bíblica: Hechos 24: 22-27. Filipenses 1: 12-23.
Canción de meditación: Quiero darte mis manos
Septiembre 11
¡Quédate allí!
Lectura bíblica: Hechos 24: 22-27. Filipenses 1: 12-23.
Canción de meditación: Quiero darte mis manos
Mateo 2:13 Después de haberse marchado ellos, un ángel del Señor se le apareció* a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al niño para matarle.
Debería parecerle extraño y difícil a José este mensaje divino por sueño (el cual la realidad probó ser bien acertado). Vivir en un país extranjero, sin saber cuándo terminaría su destierro, pues él no podía prever la muerte temprana de Herodes.
Tampoco podemos predecir nosotros muchas veces cuándo van a cambiar las circunstancias que nos aburren o enojan. ¿Qué diremos en tal caso!: «Padre Celestial, esperaré donde tú me has puesto, aunque deseaba marchar; anhelaba caminar con la tropa y guiarla, aplaudir cuando la bandera se desplegase, permanecer en medio de la lucha, firme y con orgullo, pero permaneceré donde tú me has puesto».
Me quedaré donde tú me has colocado, mi buen Señor, aunque mi esfera sea estrecha y pequeña, aunque el terreno esté árido, lleno con multitud de piedras y parezca que no hay vida.»
«El terreno es tuyo, solamente te pido la semilla para sembrarla sin temor alguno. Labraré el terreno seco mientras espero la lluvia y me regocijaré cuando aparezcan las hojas verdes. Trabajaré donde tú me has puesto.» «Donde tú me has colocado, allí, Papaíto, me quedaré. Confiando en ti enteramente, soportaré la carga del día, como también el calor. Cuando llegue la noche colocaré a tus pies brazadas valiosas. Entonces, cuando mi propósito en la tierra esté hecho y terminado, y la luz del resplandor eterno y todo el recuerdo de la vida haya desaparecido, con toda certeza hallaré que fue mejor el quedarme, que el marchar. Permaneceré donde tú me has puesto.»
«Oh, corazón agitado, que te golpeas contra los hierros de la prisión de las circunstancias, de la duda, anhelando una esfera de mayor utilidad. Deja que Papá Dios ordene lo que tienes que hacer en tu carrera. Ten paciencia y confía en tu Padre. En medio de lo desagradable de la rutina de la vida es donde obtendrás la mejor preparación para soportar con valentía, la lucha y los combates que te sobrevengan en la gran oportunidad que El Señor pueda darte alguna vez.»
Tampoco podemos predecir nosotros muchas veces cuándo van a cambiar las circunstancias que nos aburren o enojan. ¿Qué diremos en tal caso!: «Padre Celestial, esperaré donde tú me has puesto, aunque deseaba marchar; anhelaba caminar con la tropa y guiarla, aplaudir cuando la bandera se desplegase, permanecer en medio de la lucha, firme y con orgullo, pero permaneceré donde tú me has puesto».
Me quedaré donde tú me has colocado, mi buen Señor, aunque mi esfera sea estrecha y pequeña, aunque el terreno esté árido, lleno con multitud de piedras y parezca que no hay vida.»
«El terreno es tuyo, solamente te pido la semilla para sembrarla sin temor alguno. Labraré el terreno seco mientras espero la lluvia y me regocijaré cuando aparezcan las hojas verdes. Trabajaré donde tú me has puesto.» «Donde tú me has colocado, allí, Papaíto, me quedaré. Confiando en ti enteramente, soportaré la carga del día, como también el calor. Cuando llegue la noche colocaré a tus pies brazadas valiosas. Entonces, cuando mi propósito en la tierra esté hecho y terminado, y la luz del resplandor eterno y todo el recuerdo de la vida haya desaparecido, con toda certeza hallaré que fue mejor el quedarme, que el marchar. Permaneceré donde tú me has puesto.»
«Oh, corazón agitado, que te golpeas contra los hierros de la prisión de las circunstancias, de la duda, anhelando una esfera de mayor utilidad. Deja que Papá Dios ordene lo que tienes que hacer en tu carrera. Ten paciencia y confía en tu Padre. En medio de lo desagradable de la rutina de la vida es donde obtendrás la mejor preparación para soportar con valentía, la lucha y los combates que te sobrevengan en la gran oportunidad que El Señor pueda darte alguna vez.»
El lugar donde estás es el lugar donde El te ha puesto, y es el único lugar donde ahora puedes glorificar a tu Redentor y nuestro Padre Dios. Glorifícale, pues, allí, si hay cambio el teló dejara saber y será para mayor bendición.
Recuerda nuestro Hermano Mayor, el Señor Jesús, nunca nos llevara a un lugar que no, no sea de Mayor bendición, tampoco nos lleva a un lugar para volver con las manos vacía y derrotado.
Lecturas bíblicas: Hechos 24: 22-27. Filipenses 1: 12-23.
Para su comodidad le dejo el link: un click.
http://www.biblegateway.com/passage/?search=Hechos%2024:%2022-27,%20Filipenses%201:%2012-23;&version=42;
Bendiciones en este día
Gracia y Vida
Rev. Nelson Castellanos T.
Centro Internacional Sembradores de Fe y Vida.
Colombia - Bogotá D.C.
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