Sembradores de Fe y Vida

lunes, 23 de febrero de 2009

PROMESAS DIVINAS vs HUMANAS, Febrero 24


Centro Internacional Sembradores de Fe y Vida

 

Febrero  24

PROMESAS DIVINAS vs HUMANAS

Lectura bíblica: 1ª Crónicas 17.


«Haz como has dicho, para que tu nombre sea  glorificado para siempre.» 1ª Crónicas, 17:23. (Versión Inglesa.)

 

Esta es una frase bendita de la oración verdadera. Muchas veces pedimos cosas que no están absolutamente prometidas. Por lo tanto, hasta que no hayamos perseverado por algún tiempo, no estamos seguros de si nuestras peticiones están o no en los planes de Papá Dios. Hay ocasiones, como ocurrió en la vida de David, cuando estamos convencidos por completo de que lo que pedimos está aprobado con la Palabra de Dios.

 

Al leer las Escrituras, a veces nos sentimos movidos a clamar por alguna promesa, bajo la impresión especial que contiene un mensaje para nosotros. En tales ocasiones decimos con la fe que confía: «Haz como has dicho». Difícilmente puede encontrarse una actitud más fuerte o segura que el colocar el dedo sobre alguna promesa de la Palabra de nuestro Padre y reclamarla. No hay necesidad de impacientarse, de disputa ni lucha; simplemente, lo que tenemos que hacer es presentar la tarjeta celestial introducirla en el cajero automático, señalar la cantidad (la promesa) y pedir su cumplimiento y esperar (la respuesta de la promesa), tampoco puede haber duda alguna con respecto a su manifestación, porque Papá siempre contesta sus promesas. La oración tendría mucha virtud si fuéramos más explícitos. Es mucho mejor pedir unas pocas cosas clara y definidamente, que el pedir muchas con imprecisión.

 

Cada promesa de la Biblia es parte del testamento de Papá Dios, dado a nosotros, que puede reclamarse con esta razonable súplica: «Haz como has dicho.» El Creador no puede engañar a sus criaturas, que dependen de su verdad; y mayormente el Padre Celestial no puede faltar a su palabra con sus propios hijos. «Recuerda la palabra que has dado a tus hijos, en la cual me has hecho confiar.» He aquí una cita con doble argumento: Es tu palabra, ¿no la guardarás? ¿Porque la has dado, si no hubieras de cumplirla? Luego: «Tú me has hecho confiar en ella, ¿frustrarás la esperanza que has engendrado en mí? No»

 

(Romanos, 4: 21. “y estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo”.)

La fidelidad de Papá en su gracia es lo que hace a cada promesa de la Biblia ser cumplida, «magnífica y preciosa». Con mucha frecuencia, las promesas humanas son indignas.

El incumplimiento de muchas promesas de hombres ha quebrantado infinidad de corazones. Pero desde la creación del mundo, jamás Papá Dios ha dejado de cumplir una sola promesa que haya hecho a sus hijos.

Es muy triste para el cristiano el permanecer en la puerta de la promesa durante la noche terrible de la aflicción sin atreverse a llamar a la puerta, cuando debiera entrar con seguridad, bajo el refugio de la gracia, con la misma naturalidad que entra el niño en la casa o en el cuarto de su padre terrenal.

 

Cada promesa del Señor se halla bajo cuatro columnas: Su justicia, o su santidad, que no le permite engañar. Su gracia o bondad, que no le permite olvidar; su inmutabilidad, que no le permite cambiar, y su omnipotencia, que le habilita para cumplirla.

 

 

Lecturas bíblicas: 1ª Crónicas 17.

Para su comodidad le dejo el link: un click.

http://www.biblegateway.com/passage/?search=1Cronicas%2017;&version=59;

 

Bendiciones en este día

Gracia y Vida

Rev. Nelson Castellanos T.

Centro Internacional Sembradores de Fe y Vida.

Colombia - Bogotá D.C.

No hay comentarios:

Publicar un comentario