Ministerio Internacional Sembradores de Fe y Vida
Enero 18
Lectura bíblica: Salmo 23, 24
Salmo, 9: 18. Porque no para siempre será olvidado el pobre; ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.»
Salmo 23: 4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento.
Salmo 24: 1 Del SEÑOR es la tierra y todo lo que hay en ella;
el mundo y los que en él habitan.
La pobreza es una herencia pesada, mas quienes confían en el Señor son ricos por la fe. Saben que Papá Dios no les olvida, y aunque a veces parezca que son pasados por alto en la dispensación de los bienes terrenales, saben que llegará un tiempo en que todas las cosas serán puestas en su punto. Lázaro no siempre permanecerá entre los perros a la puerta del rico; sabe que algún día será recompensado en el seno de Abraham.
Aún ahora se acuerda Papá Dios de sus hijos pobres, pero queridos. «Aunque afligido yo y necesitado, El Señor pensará en mí», dijo uno de ellos. Y así es en efecto. Los hijos, que están en necesidad “pobreza”, poseen magníficas esperanzas. Saben que el Señor les proveerá de todo lo necesario y más de lo que ellos desean para la vida temporal y espiritual. Saben que todas las cosas les ayudarán a bien, y esperan tener una comunión más íntima con su Señor. Esperan su segunda venida y la participación de su gloria en el Reino de los Cielos.
Esta esperanza es imperecedera, porque descansa en Jesús y no en otro nombre, en ese nombre que es eterno; y porque Jesucristo vive, la esperanza también vivirá. Algunos creyentes pobres, entona muchos cánticos incomprensibles para los ricos pobres de este mundo. Recuerda la promesa del Señor, la cual siempre sus tentara a sus hijos, aprópiate de esas promesa y vive una etapa económica diferente.
Lecturas bíblicas: Salmo 23, 24
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Bendiciones en este día
Gracia y Vida
Rev. Nelson Castellanos T.
Centro Internacional De Transformación Integral.
Colombia – Barranquilla.
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