Sembradores de Fe y Vida

jueves, 20 de enero de 2011

Confianza en Dios o En Tu fuerzas

Ministerio Internacional Sembradores de Fe y Vida
CITI Barranquilla.

Enero 20
 Confianza en Dios o En Tu fuerzas
Lectura bíblica: Salmo 30   Prov. 8: 12-20 Efes 6.

Sal 30:6  Cuando me sentí seguro, exclamé: «Jamás seré conmovido.» (NVI)
7  Tú, SEÑOR, en tu buena voluntad, me afirmaste en elevado baluarte; pero escondiste tu rostro, y yo quedé confundido (NVI)
Sal 30:6  Y en mi prosperidad yo dije: Jamás seré conmovido. (LBLA)
7  Oh SEÑOR, con tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte; tú escondiste tu rostro, fui conturbado. (LBLA)

Este canto fue compuesto para la consagración de la casa del Señor, y se atribuye a David, quien proclama una gratitud, alabando a Dios por ser librado de la muerte.

David fue librado de una situación que amenazaba su vida, una plaga que asoló el país; en ese caso, las alusiones al peligro de muerte se referirían no sólo al destino personal del salmista, sino a todo el pueblo. El salmista reconoce  su pecado por el cual, el estuvo enfermo y llevo a su pueblo a filo de la enfermedad, resultado de una actitud de arrogancia por sentirse seguro en su fuerza (vers. 6) el pecado de David al hacer el censo del pueblo (1 Cr 21:1-22:1), lo llevo a tener confianza en su ejercito, (1 Cr 21:1-7).

El salmista confiesa haber tenido un pecado de presunción, pues viviendo en una situación de prosperidad, creyó que esta situación había de continuar indefinidamente: no seré jamás conmovido (perturbado) (v.6).

Esta afirmación parece hacer caso omiso de los preceptos de aquel que lo puso como rey,  el rey  se aproximo a la postura de los ateos prácticos y autosuficientes, que creen poder gobernar su vida con sus propios recursos.

Por ello, Dios ha querido probarlo, y si antes, en su generosidad, le aseguraba honor y fortaleza, ahora ha querido desampararlo escondiendo su rostro, es decir, le ha privado de su protección y auxilio 7, y entonces el salmista, reducido a sus propias fuerzas, quedó conmovido, reconociendo que sin El Señor la prosperidad es dañina.

Meditemos en este caso, es un rey el que da el testimonio de su desfachatez. ¿Estamos pidiendo a Dios una prosperidad, solo material o integral?, ¿estamos preparados para recibir la prosperidad de este año? Ayúdanos Señor, que tu Santo Espíritu nos guié y nos sostenga.



Lecturas bíblicas: Salmo 30, Prov. 8: 12-20 Efes 6.
Para su comodidad le dejo el link: un click.


Bendiciones en este día
Gracia y Vida.
Rev. Nelson Castellanos T.
Centro Internacional De Transformación Integral.
Colombia – Barranquilla.

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