Sembradores de Fe y Vida

martes, 18 de enero de 2011

REPITIENDO EL BESO.

Ministerio Internacional Sembradores de Fe y Vida

Enero 19
 
REPITIENDO EL BESO.

Lectura bíblica: Lucas 22: 29 - 48.
« ¿Con un beso entregas al Hijo del hombre?» Lucas, 22: 48.

Leyendo este versículo alguien diría que nuestro Señor Jesucristo se abría desilusionado de Judas, pero no loes así, por que el no se ilusiono de la naturaleza humana de sus discípulos en este caso la de Judas.

Los besos de un enemigo son falsos. Debo estar ilusionado cuando el mundo me pone buena cara, pues si le es posible me traicionará como traicionó a mi Maestro con un beso. Siempre que alguien está por apuñalar al Cristianismo, por lo regular, profesa hacia la misma gran reverencia. Debo cuidarme primero de mi mismo, en mí naturaleza corrupta siempre tendré un Judas, el cual debe estar sujeto al Señor, del hipócrita santurrón, del religioso que lleva las armas de la herejía en la carne y de la infidelidad.

Conociendo la falsedad de la maldad, debo primero confrontar mi carne y llevarla a la cruz diariamente y ser astuto como la serpiente para descubrir y evitar los engaños del enemigo. El joven del Proverbio carente de en­tendimiento fue arrastrado por el beso de la mujer extra­ña. ¡Que mi alma sea de tal forma instruida por Papá Dios todos los días, que la suavidad de las palabras del mundo y de mi carne no la afecten! ¡Espíritu Santo, no permitirá que yo, sea traicionado con un beso y traicione con el a otros sin antes no me avises!

Pero, ¿y si yo fuere culpable de imitar y ser seducido por el mismo perverso peca­do del que fue culpable Judas? He sido bautizado, soy un miembro de su Iglesia visible, asisto todos los domingos, participo de la Santa Cena, profeso ser un discípulo del Maestro: me pregunto, todos es­tos actos son como besos de mis labios.

¿Soy sincero en ellos? Si no, soy un vil traidor. ¿Vivo en el mundo tan des­cuidadamente como los otros, que no tienen el regalo de la vida eterna, a pesar de hacer profesión de ser un seguidor de Jesús? Entonces, expongo la falta de gratitud a mi dulce Salvador y ridículo la Cristiandad, llevando a los hombres a hablar mal del santo nom­bre por el cual soy llamado. Si obro así inconsecuentemen­te, soy, sin duda alguna, un Judas, y me sería mejor no haber nacido, pero gracias a la gracia de nuestro salvador que me lleva a confesar mi delito de traidor y recibir su regalo del perdón  inmerecido, puedo reconciliarme con mi Salvador.

Quiero decir amigo lector que muchas veces tenemos la necesidad que venga un Judas a nuestra vida para que nos entregue, en algunos casos Papá Dios lo permite para así ser llevado al calvario y ser  crucificado y morir, para que nos demos cuenta de nuestras falta de carácter.  

A que me refiero, sencillamente que tenemos áreas de nuestra vida corruptas que deben morir y tener un cambio radical.
¿Puedo afirmar que me hallo libre de este mal? Enton­ces, oh Señor, consérvame así. ¡Oh Padre!, hazme sincero y veraz; presérvame de todo camino falso; no permitas que traicione a mi Salvador con la ingratitud.

EL BESO DE JUDAS
El beso en la mejilla era un saludo corriente en los días de la Iglesia primitiva, como una prenda de amor frater­nal y de caridad. Acabó tal costumbre en los tiempos de persecución.
Los discípulos de los rabinos solían despedirse de sus maestros con un beso.
El griego, señalando el beso de Judas, indica más bien "que le besó repetidamente" era el beso del hipócrita, por­que éste suele ser más afectuoso y vehemente de lo que es natural. De ahí que los grandes mentirosos en todas las religiones, suelen ser los más beatos.
(Enciclopedia de Anécdotas, 530).



Lecturas bíblicas: Lucas 22: 29 - 48.
Para su comodidad le dejo el link: un click.

Bendiciones en este día
Gracia y Vida
Rev. Nelson Castellanos T.
Centro Internacional De Transformación Integral.
Colombia – Barranquilla.

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