Sembradores de Fe y Vida

martes, 8 de marzo de 2011

¡Aplastaré, venga Lo qué venga!

Ministerio Internacional Sembradores de Fe y Vida
CITI Barranquilla

Marzo 8
¡Aplastaré, venga Lo qué venga!
Lectura bíblica: en la mañana Salmo 18:20-34, Gen 18: 20,
Por la noche: Marcos 10:1-16
Canción de Adoración: Dale tus cargas

Sal 18:28  Tú enciendes mi lámpara, oh SEÑOR; mi Dios que alumbra mis tinieblas. 29  Pues contigo aplastaré ejércitos, y con mi Dios escalaré murallas.


Después de afirmar que Yahwé le ha salvado, el salmista declara por qué ha mostrado tanta benevolencia con él. En realidad, Dios no abandona a los que viven según su palabra, y el salmista no tiene conciencia de haberse separado de sus estatutos. Las afirmaciones del salmista reflejan sentencias de un estilo de vida. La justicia o rectitud del justo consiste en guardar los caminos de Yahwé, sus juicios y estatutos, lo que implicaba apartarse de la iniquidad para vivir íntegro en el temor de Dios.

Yahwé era para el salmista como una lámpara luminosa que le señalaba el camino de la esperanza en las tinieblas de la opresión y de la angustia en que se hallaba. La metáfora parece estar tomada de la costumbre de tener siempre una lámpara encendida en la tienda del beduino. Aquí la lámpara es símbolo de luz y de bienestar (prosperidad). La presencia de Yahwé en su alma es la fuente de todos sus íntimos bienes espirituales.

El salmista se siente seguro con la compañía de Yahwé, y con El se atreve a hacer frente a un tropel o escuadrón de enemigos que están dispuestos a asaltarle. Si el autor del salmo es David, se explican bien estos símiles guerreros; él ha logrado escalar y traspasar los muros de la fortaleza de Sión: con mi Dios traspaso la muralla (v.30). Esta fortaleza superada por el salmista puede ser una metáfora para expresar en términos bélicos el cúmulo de dificultades y adversidades que tiene que vencer frente a sus enemigos, que le hostigan incesantemente por doquier. La fuerza de los hijos está en Dios, que no puede faltar a sus promesas de ayuda, pues su conducta o camino es irreprochable, y sus palabras, fieles, acrisoladas, de forma que no hay en ellas ninguna doblez.

La seguridad del salmista radica en que Yahwé es el Dios único (v.32) y, como tal, es la única roca segura; como tal, le ha dado vigor para vencer todos los obstáculos en su marcha en la vida, para que no se térciese, siendo así su camino irreprochable. Su buena conducta se debe, pues, principalmente a Yahwé, que le ha dirigido e iluminado como una lámpara en su vida, dándole fuerza y vigor para hacer frente a sus enemigos. En la lucha le ha dado la agilidad del ciervo, y le ha colocado en situación de privilegio para la lucha al afirmarlo sobre las alturas.  El salmista juega con las metáforas de la guerra para declarar la lucha espiritual que ha tenido que mantener por ser fiel a sus principios de fidelidad a Yahwé. Gracia Señor por tu palabra, Señor que en este día podamos identificarnos con el salmista David, modelando la vida del Reino, a todos los que están anhelando ver un Cristianismo Vivo.  


Lecturas bíblicas: Salmo 18:20-34, Gen 18: 20, Marcos 10:1-16
Para su comodidad le dejo el link: un click.

Bendiciones en este día
Rev. Nelson Castellanos.
Centro Internacional De Transformación Integral.
Colombia – Barranquilla

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